1-Chuang Tzu 300 A.C.
Chuang Tzu soñó que era una mariposa.
Al despertar
ignoraba si era Tzu que había soñado
que era una mariposa
o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu....
2- EL DEDO
FENG MENG LUNG . 1646
Un hombre pobre se encontró en su camino a un antiguo amigo.
Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros.
Como el hombre pobre se quejara de las dificultades de su vida,
su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco.
El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro.
El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.
-¿Qué más deseas, pues?
-le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.
-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro.
LA MORALEJA LAS DEJE AL CAMINO , LAS AVES LA TOMARON Y PERDIDAS LA SIGO BUSCANDO , PERO LA CODICIA NUNCA HA PISADO MI PUERTA Y LA ENVIDIA SIEMPRE HA VISTO MI ROSAL DESDE LEJOS ... A LOS PURO DE CORAZON LE INVITO A SEGUIR Y CRECER Y DAR
3-Tsao Hsue-Kin -1764
EL ESPEJO DE VIENTO Y LUNAS
En un año las dolencias de Kia Yui se agravaron.
La imagen de la inaccesible señora Fénix gastaba sus días; las pesadillas y el insomnio, sus noches.
Una tarde un mendigo taoísta pedía limosna en la calle, proclamando que podía curar las enfermedades del alma. Kia Yui lo hizo llamar. El mendigo le dijo:
-Con medicinas no se cura su mal. Tengo un tesoro que lo sanará si sigue mis órdenes.
De su manga sacó un espejo bruñido de ambos lados; el espejo tenía la inscripción: Precioso Espejo de Viento y Luna. Agregó:
-Este espejo viene del Palacio del Hada del Terrible Despertar y tiene la virtud de curar los males causados por los pensamientos impuros. Pero guárdese de mirar el anverso. Sólo mire el reverso. Mañana volveré a buscar el espejo y a felicitarlo por su mejoría.
Se fue sin aceptar las monedas que le ofrecieron.
Kia Yui tomó el espejo y miró según le había indicado el mendigo. Lo arrojó con espanto: El espejo reflejaba una calavera. Maldijo al mendigo; irritado, quiso ver el anverso. Empuñó el espejo y miró: Desde su fondo, la señora Fénix, espléndidamente vestida, le hacía señas.
Kia Yui se sintió arrebatado por el espejo y atravesó el metal y cumplió el acto de amor. Después, Fénix lo acompañó hasta la salida.
Cuando Kia Yui se despertó, el espejo estaba al revés y le mostraba, de nuevo, la calavera. Agotado por la delicia del lado falaz del espejo, Kia Yui no resistió, sin embargo, a la tentación de mirarlo una vez más. De nuevo Fénix le hizo señas, de nuevo penetró en el espejo y satisficieron su amor. Esto ocurrió unas cuantas veces. La última, dos hombres lo apresaron al salir y lo encadenaron.
-Los seguiré -murmuró- pero déjenme llevar el espejo.
Fueron sus últimas palabras. Lo hallaron muerto, sobre la sábana manchada.
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