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domingo, 21 de agosto de 2011

DESIDERATA (algo deseó como esencial)

Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa
en la paz que se puede encontrar en el silencio.
En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.
Enuncia tu verdad de una manera serena y clara;
y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante;
también ellos tienen su propia historia.
Esquiva a las personas agresivas y ruidosas, pues son un fastidio para el espíritu.
Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado,
pues siempre habrá personas mas grandes y mas pequeñas que tú.
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.
Mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea,
ella es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar del tiempo.
Se cauto en los negocios, el mundo esta lleno de engaños;
mas no dejes que esto te deje ciego para la virtud que existe.


Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales.
 La vida está llena de heroísmo.
Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto.
Y no seas cínico en el amor,
 pues en medio de todas las arideces y desengaños, es perenne como la hierba.
Acata dócilmente el consejo de los años abandonando con donaire las cosas de la juventud.
Cultiva la firmeza del espíritu, para que te proteja en las adversidades repentinas.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Sobre una sana disciplina, sé benigno contigo mismo.

Tú eres una criatura del universo.
 No menos que las plantas y las estrellas, tienes derecho a existir.
Y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera.
Por eso debes estar en paz con Dios cualquiera que sea tu idea de El.
Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones,
conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida.
Aún con toda su falsedad, sus dolores y sueños fallidos,
 el mundo es todavía hermoso.

Sé cauto, ¡esfuérzate por ser feliz!

sábado, 20 de agosto de 2011

DERECHO A SOÑAR



El nuevo milenio nace un primero de enero por obra y gracia de un capricho de los senadores del imperio romano, que un buen día decidieron romper  la tradición que mandaba celebrar el año nuevo en el comienzo de la primavera. Y la cuenta de los años de la era cristiana proviene de otro capricho: un buen día, el papa de Roma decidió poner fecha al nacimiento de Jesús, aunque nadie sabe cuándo nació. El tiempo se burla de los límites que le inventamos para creernos el cuento de que él nos obedece; pero el mundo entero celebra y teme esta frontera. Una invitación al vuelo. Milenio va,  milenio viene, la ocasión es propicia para que los oradores de inflamada verba peroren sobre el destino de la humanidad, y para que los voceros de la ira de Dios anuncien el fin del mundo y la reventazón general, mientras el tiempo continúa, calladito la boca, su caminata a lo largo de la eternidad y del misterio.
La verdad sea dicha, no hay quien resista: en una fecha así, por arbitraria que sea, cualquiera siente la tentación de preguntarse cómo será el tiempo que será. Y vaya uno a saber cómo será.  Tenemos una única certeza: en el siglo veintiuno, si todavía estamos aquí, todos nosotros seremos gente del siglo pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. 
Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea. En 1948 y en 1976, las Naciones Unidas proclamaron extensas listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más que el derecho de ver, oír y callar. 
¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás proclamado  derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible: el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas.
La gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega.
En ningún país irán presos los muchachos que se niegan a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo; los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas; los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas; los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos; los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas; la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo; la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción  ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero. 
Nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra.
La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos. 
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;
 la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda; 
una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú; en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. 
La Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo; 
la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte"
serán reforestados  los desiertos del mundo y los desiertos del alma; los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar; seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; 
pero en este mundo chambón y  jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero. Inédito en libro.
 EDUARDO   GALEANO

miércoles, 17 de agosto de 2011



Día de los Valores Humanos

Hoy se imparten en todas las escuelas clases para exaltar el significado de los valores que sostienen las relaciones humanas


Ninguna sociedad puede encontrar el camino hacia su crecimiento progresivo e integral si no tiene a la vista nociones y modelos efectivos de conducta, de superación y de dignificación moral y espiritual. Con esa idea y con esa convicción se sancionó en nuestro país hace seis años (concretamente, en 2003) una ley, la 25.787, por la cual se decidió instituir el 29 de julio de cada año como fecha para la celebración del Día de los Valores Humanos.
La citada norma dispone que ese día se impartan en todos los establecimientos educativos del país clases alusivas, destinadas a exaltar el significado de los valores que dignifican y ennoblecen las relaciones humanas. El propósito de los legisladores fue establecer un mecanismo que llevara a los argentinos a reflexionar sobre aquellos principios y sobre aquellos resortes de carácter moral que contribuyen a la autorrealización de las personas y de las sociedades, así como a una fructífera superación espiritual.
A menudo se piensa que las crisis y las dificultades coyunturales que afrontan las naciones se deben encarar y resolver mediante una aplicación estricta de principios o recetas extraídos del campo de la economía o de la dialéctica política y social. Pero se olvida que todo proceso de declinación o decadencia nacional o colectivo encubre, por lo general, un progresivo debilitamiento de los valores de orden moral que alumbran la dinámica interior de toda comunidad o de sus estructuras sociales, familiares o dirigenciales. La idea que determinó la sanción de esa norma legal muchas veces olvidada fue sin duda la de promover una sana difusión de aquellos principios y modelos de conducta que ayudan a orientar a las nuevas generaciones hacia la plena realización de sus más valiosas riquezas interiores y de su permanente enriquecimiento moral.
Un ámbito fundamental para la transmisión de esa clase de valores es, por supuesto, el que nace de la formación que se imparte en el seno de la familia. Se trata de realidades que se enseñan y se inculcan, en buena medida, como parte de los primeros aprendizajes de la vida. Al mismo tiempo, nadie puede dudar del papel decisivo que la escuela está llamada a desempeñar, asimismo, en todo lo que atañe a la construcción de valores, contenidos y reflexiones que prefiguren o posibiliten una sólida orientación moral o espiritual.

Un país se proyecta y se edifica por múltiples caminos. Se proyecta y se edifica por la vía de los grandes emprendimientos que permiten avanzar hacia el pleno desenvolvimiento de las energías que toda sociedad esconde en lo más profundo de su potencial económico y productivo. Pero el crecimiento integral de una nación o de una sociedad presupone algo más. Presupone la preservación de su mejor y más hondo reservorio de valores morales. A esos valores debe atender la comunidad en una correlación permanente con el fortalecimiento de sus estructuras educativas y de las energías que emergen de su riqueza interior y de su vocación espiritual y creativa. Y en ese proceso desempeña un papel decisivo la fuerza que emana de ese sedimento de valores humanos a los que resulta imprescindible volver una y otra vez.

jueves, 4 de agosto de 2011

cuento corto

GIZON  ,MIRANDO  UN  MILEMARIO  ROBLES,   QUEDO   PERDIDO  EN  UN  SUEÑO,   ANTES  CELEBRABA  CON  VINO  Y  JOLGORIOS , JUNTABA  MUJERES  Y  PLACERES   COMO  ANINALES  Y  PAYASOS ,   ALEGRIAS   PEINANDO   EL  AIRE COMO    REY   EL  OLIMPO.

TODOS    ,  VIVIAN  CON  EL ,  SU  ANTES  Y  DESPUES .  PASARON  MUCHOS  SIGLOS , LE   ARMARON  ALGIBES  DE  AGUA, Y    OTROS  ESCURPIERON     EFINGES  EN PIEDRA Y LLEGO  UNO  MAS   , CELEBRARON  CON  ACERO   EN  LAS   TORRES  Y  EN   TIERRA.

 ¡CONOCES  LAS   LEYES  SECRETAS¡  DEL   AIRE   ,  DEL  FUEGO,  DEL   HIERRO,  DE  LAS  MANOS  HASTA  LAS  MAQUINAS….
Y  TU?
ENTONCES:   SUDO  BOLITAS  BRILLANTES,  
DEBO  BUSCAME.

DESPERTO…..